El Tabaco Apesta
Sitio web es español con información y ayuda para dejar de fumar
En este área podrás comprobar los argumentos frente a ciertas excusas para no dejar de fumar que los fumadores se ponen para autoconvencerse.
¿Eres joven?, ¿perteneces al grupo de la «tercera juventud»?, ¿crees que no podrás dejar de fumar o piensas que puedes engordar?. Siempre puede ser un buen momento para dejar de fumar.
También puedes visitar el vídeo explicativo sobre los mitos del tabaco, que resume algunas de las excusas más frecuentes desarrolladas en esta página.
Fumar puede complicar la solución y cura de muchas enfermedades. Además, el riesgo de enfermar disminuye desde el primer momento en que lo dejas. Incluso personas en la octava década de su vida pueden beneficiarse de una larga vida. Nunca se es demasiado viejo.
Nunca es demasiado pronto para dejar de fumar. Si somos jóvenes y no estamos enfermos, mejoraremos el funcionamiento de nuestro corazón y pulmones y por consiguiente nuestro rendimiento, alejando el riesgo de padecer cualquier enfermedad relacionada con el tabaquismo. En consecuencia, respiraremos mejor, nos fatigaremos menos y rendiremos mejor ante cualquier esfuerzo.
Dejarlo nos aportará sensaciones muy placenteras: mejor olfato, mayor disfrute de los sabores de las comidas, evitar un mal olor en la ropa y sobre todo estar satisfecho con uno mismo.
Ello es porque tu organismo se ha acostumbrado a la nicotina. Así que, es natural que te sientas más relajado cuando consigues la nicotina de la que dependes. Pero no existe evidencia alguna de que fumar ayude a controlar el estrés. La nicotina es un estimulante que aumenta la frecuencia cardiaca y estimula el cerebro. Si tus niveles de nicotina descienden, empiezas a sentirte nervioso debido a los síntomas del síndrome de abstinencia. Fumar para aliviar los síntomas de la abstinencia, te hará sentirte menos estresado, pero este estrés no es el mismo que el ansia por la nicotina. Si te sientes estresado, intenta ayudarte con técnicas de relajación, en vez de con el tabaco. Además, pasadas unas semanas sin fumar, muchos fumadores se sienten menos nerviosos y aprenden a relajarse sin fumar. Se dan cuenta entonces de que son capaces de un mayor autocontrol.
Existen momentos mejores que otros. Lo mejor es dejarlo cuando no estés atravesando una época particularmente estresante, pero no emplees esto como una continua excusa para seguir aplazándolo. Si te sientes realmente estresado, procura solucionar esta situación antes de dejar de fumar. Hazlo lo antes posible, que es muy fácil encontrar excusas para no hacerlo nunca, y cuanto más tiempo sigas fumando, más aumentará tu nivel de adicción.
Naturalmente existen casos puntuales como ése, pero la probabilidad de que esto ocurra no es muy alta. Es la «excepción que confirma la regla». Y una anécdota. La dura realidad es que la mitad de todos los fumadores muere por sus hábitos, y muchos otros sufrirán enfermedades crónicas a largo plazo. Está científicamente constatado que el tabaco acorta la esperanza de vida de los fumadores en 8-10 años, o incluso más, provocándoles además una mala calidad de vida desde su juventud por las importantes enfermedades que se presentan (bronquitis, infarto de miocardio, cánceres, etcétera).
¿Acaso fumar evitará que otras cosas puedan matarte?. Al contrario: fumar agravará cualquier otro problema de salud que te puedas encontrar en un futuro.
Es un mito pensar que fumar mata rápidamente. Las enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco provocan años de sufrimiento, dolor e invalidez. Y no se trata de «unos años»: quienes fuman pierden una media de una década de vida.
La mayoría de los ex-fumadores intentaron dejarlo y fracasaron, pero siguieron intentándolo y finalmente alcanzaron el éxito. Hay quien lo consigue a la primera, pero la mayoría tiene que intentarlo varias veces. Como promedio se necesitan de tres a cuatro intentos para dejar de fumar de forma permanente. Por tanto, no consideres un fallo como un fracaso, sino un escalón en el trayecto hacia la meta final. De hecho, para algunos puede ser difícil pero para el resto es más fácil de lo que piensan. Cada día hay más gente que deja de fumar.
Tienes que conseguir fuerza de voluntad de forma gradual. Céntrate en la meta y recuerda los momentos en los que conseguiste las cosas que te habías propuesto. Piensa en lo que se siente cuando se toma una decisión y se alcanza el éxito. Además, si no lo intentas, nunca lo sabrás. Recuerda que puedes conseguirlo si te lo propones, aunque no sea a la primera (sólo uno de cada 4 lo logra en su primera tentativa).
No, no lo es para la mayoría, pero los estudios realizados entre los ex-fumadores, se observa que les fue más fácil de lo que esperaban. Diez millones de personas lo han dejado en los 15 últimos años. Repara en todas las razones por las que quieres dejar de fumar: tu salud, tu condición física, tu aspecto, el ahorro, los efectos sobre tus familiares y amigos…. Recuerda que para controlarte y lograrlo has de tener en cuenta que la ansiedad constituye una parte normal de la abstinencia. Puedes aliviar la ansiedad de muy diversas maneras (masticando chicle, respirando lenta y profundamente, dándote un masaje en las sienes y la nuca, comiendo fruta, bebiendo abundante agua). Y no olvides que la mayoría de las veces la ansiedad dura sólo unos pocos minutos y remite.
Muchas personas que dejan de fumar no aumentan en absoluto de peso y en las que esto ocurre, el promedio es menos de 4 kg. El riesgo para la salud de 2 kilogramos extra es mucho menor que el riesgo de fumar. Si estás preocupado por aumentar de peso, vigila tu dieta, bebe mucha agua, evita los alimentos grasos y azucarados (tu sentido del gusto mejorará al dejar de fumar, los alimentos te empezarán a saber más dulces). Si tienes hambre, come fruta, apio, zanahoria cruda, etc.
¿No quieres engordar un par de kilos por estética?. Recuerda que el tabaco deteriora tu estética (olor corporal, envejecimiento prematuro, coloración y deterioro de las piezas dentales, …).
La dificultad de concentración puede ser un síntoma inicial del síndrome de abstinencia, pero dura pocos días. Se pueden encontrar otros estímulos alternativos al tabaco. Precisamente los estudios en este campo han demostrado justo lo contrario: la disminución del rendimiento laboral en los fumadores. Los fumadores sienten la necesidad del tabaco para realizar algunas actividades determinadas. Pero no hay motivo alguno para no poder hacer lo mismo sin fumar. Más aún, muchas actividades, sobre todo las que implican esfuerzo físico, son más fáciles de realizar sin los niveles altos de carboxihemoglobina asociados al tabaco (más de 20% respecto al 1% en los no fumadores).
Sí. Lo que la gente percibe o espera del tabaco como posibles beneficios no son tales beneficios, son meras ilusiones. Tu tabaquismo es la fuente de tu ansiedad.
Aunque te sientas mejor cuando fumas, eso se debe básicamente a tu gran dependencia a la nicotina. Tras fumarte el último cigarro, el nivel de nicotina empieza a descender y aparece en ti el síndrome de abstinencia. Empiezas a sentirte tenso y sólo cuando vuelves a fumar empieza a reducirse este sentimiento. Al coger un cigarrillo puede parecer que te relajas, pero en realidad sólo estás aliviando temporalmente tu síndrome de abstinencia. Mira a tu alrededor: los fumadores no están más relajados que los no fumadores, ni en absoluto todos los ex-fumadores están más tensos o son obesos.
Cuando dejes de fumar, comprobarás que disfrutarás mucho más de los lugares libres de humo. Estarás más cómod@ y no estarás pendiente y agobiad@ por salir de ahí para poder fumar.
Fumar te limita. Después de acabar con el tabaco, la vida será mucho más estimulante. Por ejemplo, entre otras cosas, disfrutarás más de las comidas ya que se potenciarán los sentidos del gusto y el olfato. Además, cualquier actividad física que realizas te resultará mucho, mucho más fácil.
El tabaco es un vicio caro. El dinero que dedicabas al tabaco puede invertirse ahora en otras muchas actividades mucho más útiles y reconfortantes.
Los cigarrillos «light» son otra de las artimañas de las tabaqueras. Contienen las mismas sustancias peligrosas que el tabaco normal; el humo sigue entrando en tu sistema respiratorio a temperaturas exageradas; sólo se han reducido los niveles de nicotina y alquitranes. Muchos fumadores, para compensar los bajos niveles de nicotina de estos cigarrillos fuman más a menudo o inhalan con más intensidad. En consecuencia, aumenta la ingestión de otros tóxicos y mantienen o incluso aumentan los niveles de nicotina y alquitranes.
Los cigarrillos «light» ya han sido prohibidos en muchos países. Lo único que consiguen (y para eso lo crearon las tabaqueras) es bajar tu percepción de riesgo, para hacerte sentir más tranqui@ al fumar más.
Reducir el consumo de cigarrillos es un buen comienzo en el proceso de dejar el tabaco, pero NO resuelve tu problema. Muchos fumadores han reducido la dosis pero realizan inhalaciones más frecuentes y más intensas, por lo que mantienen la dependencia de la nicotina y vuelven a los niveles previos de consumo. Es mejor dejar de fumar completamente y si fumas poco, te será más sencillo superar las distintas fases de tu síndrome de abstinencia.
¿Le gustaría a ella dejarlo?. Compartir en pareja un proyecto como el de dejar de fumar aumenta las garantías de éxito. Si no es así, puedes crear un «espacio sin tabaco» en tu casa. Quien fume podrá hacerlo en una zona aislada del resto de las habitaciones. Todos los cigarrillos y ceniceros (y otros utensilios referentes al tabaco) estarán fuera de este «espacio sin tabaco». Si tu pareja quiere dejarlo también, es importante que lo intentéis a la vez. Dejar de fumar puede mejorar la vida sexual de la pareja.
Tú, sin quererlo, estás ya molestando a tu familia con el humo del tabaco que fumas. Una vida más saludable para toda tu familia compensa con creces unas cuantas semanas de mal humor.
De acuerdo en que el humo de los coches y la contaminación de las grandes ciudades es nocivo para las personas y el medio ambiente. ¿Acaso fumando evitas el efecto que te produce el humo de los coches o la polución?. Tú no puedes evitar que la contaminación de coches y fábricas afecte a tu salud. Al contrario: fumar agravará las consecuencias que produce sobre ti la contaminación.
Además de ello, ¿piensas que el humo de un coche incide sobre ti más que el de un cigarro?. Nada más equivocado: el humo de la combustión de un coche y el de un cigarro comparten un componente muy dañino para el organismo: el monóxido de carbono. Puedes conocer más acerca del monóxido de carbono en nuestra sección «Componentes de un cigarro«.
Aquí te mostramos los resultados de un estudio que contabiliza la presencia de CO en diferentes situaciones y la incidencia de este componente en el organismo:
La diferencia entre el CO de una ciudad y el CO de un cigarro es que el humo del cigarro se inhala en su totalidad e incide en tu cuerpo en mayor medida, mientras que la polución de una ciudad queda «diluida» en un espacio mucho más amplio.
Se trata del único argumento que sólo podemos respetar y acatar sin reservas.
Quizá pienses que el tabaco no te hace tanto daño como te describimos aquí. Aunque vas a padecer las consecuencias de fumar desde el primer día, el tabaco te ocasionará graves e irreversibles daños de manera lenta y dolorosa. Deberías ponerle fin a tu adicción antes de que experimentes los síntomas de las enfermedades más comprometidas a las que te arrastra tu tabaquismo.
Quizá sí que eres consciente de a dónde te está llevando esta droga y simplemente no quieres ponerle remedio. En ese caso, sólo podemos respetar tu opinión y queremos que sepas que aquí estaremos si en cualquier otra ocasión cambias de opinión. Mientras tanto, nunca olvides lo que tu tabaquismo le puede ocasionar también a las personas de tu alrededor.